El Real Murcia ganó la Copa Federación en los penaltis en el rebautizado Enrique Roca de Murcia. El cambio de nombre pareció llevarse el gafe que persigue a este estadio desde que los pimentoneros lo estrenaron perdiendo por 1-4 ante el Valladolid.
El Murcia se sobrepuso al tempranero gol de los navarros a los seis minutos y comenzó el asedio a la meta visitante que encontró el premio en un cabezazo de Toril mediada la segunda parte. Los visitantes, que habían estado perdiendo tiempo desde que metieron su gol, no parecían buscar el triunfo hasta que Tanis tuvo que despejar a córner la única ocasión de peligro cerca del final.
En la prórroga siguió el asedio, con dos equipos rotos físicamente. El Murcia mereció ganar antes de los penaltis y casi pierde con un gol en propia meta en el último suspiro. Pero me pareció que aquella noche mágica había cambiado algo más que el nombre del campo. Tanis Marcellán se vistió de santo y paró dos penaltis en el fondo sur que dieron la Copa al Real.
La fiesta se desató en La Roca y Armando levantó la Copa ante el rugido de su afición. Una afición que no recordaba haber visto nada semejante en sus cien años de historia y que llevará grabada en su memoria la imagen del capitán con el trofeo en el mismo balcón en el que hacía poco más de un año los Gálvez Brothers se reían de ellos. El karma volvió para hacer realidad el himno de Second: "Si el camino se hace duro saboreas la victoria"
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