A Juan el gol de Juanra le pilló en la cola para entrar al campo pero lo celebró más que si lo hubiera visto. El rugido del estadio le erizó la piel y los ojos se le enrojecieron por la emoción.
José seguía el partido por twitter desde casa actualizando el móvil cada vez más nervioso. Penalti a favor de la Balona y empate a uno. Montó en el coche sin pensar y condujo a toda velocidad hasta el estadio iluminado como un enorme ovni desde la distancia. Tampoco llegó a tiempo de ver el golazo de Chumbi pero sí pudo escuchar el orgasmo de la grada. Eufórico, pudo aparcar muy cerca y subió corriendo las escaleras de la grada como cuando se colaba de crío en La Condomina para ver gratis los últimos minutos.
El éxtasis llegó después de minutos de sufrimiento eeperon pie pero valió la pena llegar para vivirlo en directo. Se fundió en un abrazo con Juan y disfrutaron como niños con la celebración y la entrega de la llave para la Copa con la maravillosa sensación olvidada por tantos murcianistas de haber ganado algo.
Juan y José regresaron en el coche escuchando la arenga de Adrián Hernández que subió su segundo a twitter. Quería que Murcia rugiera una vez en su puta vida y lo consiguió. Camela empezó a sonar como en un sueño mientras el ovni se alejaba en el retrovisor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario